Agua

La problemática hidráulica en Guanajuato

Mediante la construcción de grandes presas y distritos de riego, las autoridades de Guanajuato han aprovechado las aguas superficiales (ríos, lagos, lagunas y presas) y los escurrimientos del río Lerma y sus afluentes.

De esta manera, dado que actualmente casi toda el agua superficial de la entidad está aprovechada y sólo hay pequeños volúmenes disponibles, se ha decretado el estado de veda, la cual no permite la apertura indiscriminada de nuevas áreas de cultivo.

Según reporta la Comisión Nacional del Agua (CNA), existe un déficit en Guanajuato de 850 millones de metros cúbicos de agua por año, a pesar de que se presenta una recarga de los mantos acuíferos de mil 886 millones de metros cúbicos por año de agua subterránea (pozos y manantiales) y mil 416 de metros cúbicos de agua superficial.

En todos los acuíferos del estado existe una sobreexplotación de acuíferos, lo cual es consecuencia de una ruptura en el equilibrio que debe haber entre la recarga de los almacenamientos subterráneos del agua proveniente de la lluvia y la extracción por bombeo de pozos. En la entidad hay aproximadamente 16 mil pozos, lo que equivale a cerca de 25 por ciento de todos los pozos del país.

El resultado es que la sobreexplotación en esta entidad está provocando descensos en los niveles del agua subterránea que oscilan entre uno y tres metros al año. Esta situación a su vez provoca que los costos de operación de los pozos se incrementen constantemente y alcancen en algunas zonas profundidades de bombeo de hasta 450 metros.

Por otra parte, el descenso del nivel del agua subterránea causa asentamientos del terreno, produce fallas que afectan a la infraestructura urbana en ciudades como Celaya, Irapuato, Abasolo y Silao. Por ejemplo, en el área de Villagrán, las fallas afectan al principal canal de distribución de agua para riego, donde además se presentan, ocasionalmente, fugas de grandes volúmenes del vital líquido.

En la entidad guanajuatense se han registrado seis mil 963 establecimientos de producción industrial, de los cuales al menos 60 son generadores de contaminación clasificados como altamente contaminantes y 139 como contaminantes (como son los giros petroquímico, alimenticio y textil). Se calcula que se genera un volumen anual de 175 millones 800 mil metros cúbicos de aguas residuales y una aportación de contaminantes del orden de 454 mil 609 toneladas por año.

Las zonas donde el agua alcanza sus más altos niveles de demanda se ubican en los municipios que integran el corredor industrial del bajío (Apaseo el Grande, Celaya, Villagrán, Salamanca, Irapuato, Silao y León) y es donde se localiza el 60 por ciento de las industrias del estado.

Por desgracia, en el área industrial la instalación de sistemas de tratamiento de aguas residuales es aún muy bajo, aunque está creciendo de manera paulatina. Según estimaciones de las autoridades de la CNA, 60 por ciento del agua contaminada en los principales cuerpos superficiales de Guanajuato se encuentra muy contaminada, 25 por ciento contaminada y el restante 15 por ciento presenta una calidad aceptable para los usos a los cuales se destina.

Es evidente que el desarrollo de Guanajuato se encuentra íntimamente ligado con el adecuado aprovechamiento de los recursos hidráulicos y contribuye de manera notable al bienestar nacional, ya que en la entidad se produce una cantidad importante de alimentos, además de que se presenta un constante crecimiento y desarrollo industrial. Por ello las autoridades están preocupadas por el destino que tiene el agua y por el manejo eficiente y racional que se le debe dar.

Tipos de tratamiento de agua

Según la CNA, existen tres formas o sistemas de tratamiento de agua residual: primario, secundario y terciario. El tratamiento primario es aquel en el que se realizan operaciones sencillas de separación física y un ejemplo es la filtración, la sedimentación o el cribado.

El principal objetivo de estos tratamientos es la remoción de sólidos o materia suspendida de elementos como basura, tierra u hojas. Son considerados como tratamientos primarios aquellos que requieren de adición de materiales químicos para poder realizar la separación de los contaminantes.

En cuanto a los tratamientos biológicos, aquellos que utilizan microorganismos para la degradación de los contaminantes, son catalogados como tratamientos secundarios. Mediante este sistema, los microorganismos toman del agua la materia orgánica presente para su propio crecimiento y reproducción.

El principal objetivo de este sistema de tratamiento es la remoción de nutrientes de tipo orgánico como el nitrógeno, el fósforo y el carbono, ya que dichos elementos son la materia prima para la producción de proteínas.

Los tratamientos de tipo terciario son aquellos cuyo objetivo consiste en la obtención de agua muy pura. Para lograr esto se utilizan equipos muy especializados para la remoción de contaminantes, entre los que destaca la eliminación de sales del agua. El mejor ejemplo son los equipos de membranas, que consisten en filtrar agua a través de pequeñas membranas y bajo presiones muy fuertes logran retener los contaminantes concentrados en una corriente y a otra se dirige el agua limpia.

Los sistemas terciarios tienen el objetivo de eliminar contaminantes inorgánicos disueltos en agua con un tamaño muy pequeño como para ser removidos por métodos fisicoquímicos o biológicos. La destilación y la cristalización son otro tipo de tratamientos terciarios y en ambos se utilizan altas temperaturas para evaporar el agua y eliminar las sales. El problema de los tratamientos terciarios es que son muy costosos, ya que requieren de mucha energía eléctrica para poder operar los equipos utilizados.

Frente a la problemática del agua que enfrenta la entidad, las autoridades de la CNA hacen un llamado a los sectores productivos para que adopten cualquiera de los sistemas de tratamiento de agua antes mencionados. Los acuíferos pueden ser contaminados por el hombre de diferentes maneras desde la superficie de la tierra.

El uso excesivo de pesticidas en la agricultura, las descargas de aguas residuales domésticas sin tratamiento o una mala disposición de residuos peligrosos por parte de las industrias son algunos ejemplos. La descontaminación de un acuífero resulta muy difícil y costosa, por ello es preferible prevenir su contaminación.

En la actualidad, las principales corrientes de agua de ríos como Guanajuato, Lerma o Turbio, tienen graves problemas de contaminación. El hecho de extraer más agua del acuífero de la que se le puede recargar, ocasiona que el pozo produzca menos líquido cada vez, hasta llegar a secarse por completo.

Los pozos, por lo tanto, son muy importantes para el ser humano y son el principal medio para proveer agua para el uso doméstico, para riego en la agricultura y para la industria, ya que el agua superficial es cada vez más escasa.

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