Agua

Identificación de contaminantes en aguas subterráneas

En México, un número indeterminado de acuíferos están contaminados por plaguicidas, herbicidas, metales, fenoles, hidrocarburos, compuestos orgánicos clorados y ácidos. A esto se suman 17 acuíferos con problemas de salinidad que documentó la Comisión Nacional del Agua.

Dado que en un mismo sitio puede haber varios acuíferos y cada uno a diferente profundidad, es difícil determinar cuántos de los 650 acuíferos en el país tienen problemas de contaminación, pero sin duda son muchos, indicó la especialista en remediación de acuíferos contaminados, Susana Saval Bohórquez.

Sin embargo, para establecer el grado de contaminación del agua subterránea es necesario hacer estudios completos que por un lado aseguren que se están aplicando los métodos analíticos adecuados y que se conoce el comportamiento del acuífero, y por otro, que se pueda identificar la causa de la contaminación.

La doctora Saval Bohórquez, quien es coordinadora del área de Bioprocesos Ambientales del Instituto de Ingeniería de la UNAM, donde labora desde 1992, mencionó que se debe distinguir entre los acuíferos cuyas aguas subterráneas contienen sustancias indeseables que son de origen natural como algunos metales, de aquellos que han sido afectados antropogénicamente, es decir, por actividades industriales o humanas, ya sea accidentalmente o por carecer de medidas de prevención y protección.

Con la importancia estratégica que tienen los acuíferos en México, dado que de ellos se extrae casi el 70 por ciento del agua que se utiliza en las ciudades, científicos mexicanos han desarrollado investigaciones sobre la contaminación de estas fuentes del vital elemento, así como las técnicas y procesos para su restauración.

La investigadora de la UNAM, pionera en el área de biorremediación de suelos y acuíferos contaminados, asentó que en algunos casos cuando el diseño de los pozos para la extracción de agua es inadecuado o cuando hay fallas o fracturas en el subsuelo, se puede dar una transferencia de contaminación entre los acuíferos. En este caso la contaminación se da de manera vertical.

Hoy es necesario, explicó, crear una conciencia de prevención de la contaminación en todos los sectores y a todos los niveles, ya que el cuidado del agua subterránea es un tema que cada vez cobra más importancia, no sólo porque se empiezan a agotar las fuentes de abastecimiento, sino porque también se daña su calidad.

Para proceder a la rehabilitación de un acuífero contaminado, indicó Saval Bohórquez, antes hay que conocer el tipo de contaminantes presentes, lo que implica como primer paso la extracción del agua mediante bombeo y su posterior transferencia a separadores, filtros o reactores para su posterior análisis. En estos últimos se pueden aplicar productos químicos para neutralizar, flocular o precipitar los contaminantes.

Una vez realizados los estudios de caracterización que permitan identificar la causa de la contaminación, así como su magnitud y además conocer las características del acuífero, posteriormente se propone la técnica que debe emplearse, según el tipo de contaminantes y el uso que se va a dar al agua.

En el proceso de la remediación también hay que especificar los límites permisibles que se pretende alcanzar, sin perder de vista un costo estimado y tiempo que tomará la remediación, factores que definen la factibilidad del proyecto de remediación del acuífero.

En todos los casos, corresponde a la Comisión Nacional del Agua autorizar y vigilar las acciones que deban tomarse, señaló la especialista, quien ha sido asesora del Instituto Nacional de Ecología, de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, y miembro fundador de la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería.

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