La estructura porosa interconectada de estos compuestos facilita la entrada del agua
Teorema Ambiental/Redacción
Para remover elementos contaminantes de ríos y mares, en el Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) un grupo de investigadores desarrolló materiales biodegradables elaborados mediante nanotecnología.
La investigación está a cargo de María Guadalupe Pérez García desde hace cuatro años, a partir de su estancia en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Querétaro, del Instituto Politécnico Nacional (IPN) con el científico Gabriel Luna Bárcena, y con Josué David Mota Morales, del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En un comunicado, la UdeG explicó que este trabajo se desarrolla en los laboratorios de Microscopía e Instrumentación y el de Síntesis y Caracterización de Materiales, dentro del Instituto de Energías Renovables de la institución. Allí, el equipo fábrica materiales porosos y sólidos con apariencia de un gis, que se obtienen a partir de diferentes tipos de polímeros (moléculas resultantes de una reacción química).
En su superficie se incrustan nanopartículas (que miden menos de una millonésima parte de un metro) para atraer los contaminantes. Los materiales tienen una estructura porosa interconectada, lo que facilita la entrada del agua. Al momento de pasar el líquido, las nanopartículas retienen los contaminantes que contiene.
Entre las nanopartículas que se utilizan se encuentran dos tipos de óxido de hierro: la magnetita, que puede atraer metales pesados como arsénico, plomo y cadmio, y la maghemita, para remover el colorante azul de metileno. Además, se han utilizado nanotubos de carbono (cilindros huecos y extremadamente pequeños, cuyas paredes están formadas por átomos de carbono), para remover gasolina, diésel y biodiésel.
La gasolina absorbida por estos materiales puede ser recuperada fácilmente mediante la microdestilación (que incluye procesos de evaporación) y puede reutilizarse y ayudar en casos de derrames de combustible en cuerpos de agua. Una de las ventajas del material es su gran capacidad de absorción, ya está dos o tres veces por arriba de otros absorbentes, además de que es biodegradable.
Como parte del proceso de obtención de los materiales se utiliza la síntesis verde, con base en un nuevo tipo de solvente biodegradable conocido como líquido iónico eutéctico. “Esa es otra novedad y ventaja de mi trabajo, además de que tienen alta capacidad de absorción”, abundó.
En este proyecto participan alumnos del doctorado en agua y energía, de la maestría en ciencias en ingeniería del agua y la energía y de la licenciatura en nanotecnología del CUTonalá, bajo la dirección de María Guadalupe Pérez, quien también realizó una estancia en Madrid, España, en el Instituto de Ciencia de Materiales.
