Agua

Antecedentes de la contaminación del agua

El tratamiento del agua puede atenderse en dos vertientes: para la obtención del agua potable y para la regeneración de aguas servidas. Las civilizaciones más antiguas, al asentarse junto a fuentes de agua, han dejado antecedentes grabados en los que se puede conocer que ya existía el tratamiento para el consumo humano y para la higiene.

Textos en sánscrito describen la purificación del agua a partir de hervirla y filtrarla. En Egipto, por el año 1300 aC, se hace referencia a un sistema de sifones para separar impurezas en suspensión, más adelante los romanos colocan un sistema de sedimentación en sus acueductos previos al suministro público.

En Venecia como en otras ciudades, la captación pluvial se canalizaba a filtros de arena previos al almacenamiento en cisternas o aljibes. Pero es hasta el siglo XVIII que se patentan en Francia e Inglaterra como sistemas de tratamiento, y posteriormente aplicados a gran escala en 1804 en Pailey, Escocia, donde se incluye sedimentación y filtración con arena.

En el nuevo continente son aplicables los tratamientos de agua más tarde que en Europa, debido a que las fuentes de abastecimiento estaban menos contaminadas. Aun así, es en Richmond, Virginia, donde se aplica el primer sistema de tratamiento por filtración lenta, con inconvenientes debido a una alta concentración de sólidos suspendidos en las aguas superficiales tratadas.

La evolución de la medicina detecta que las enfermedades generalmente se contraen por la ingestión de agua contaminada y prevé el control bacteriológico que debe añadirse al tratamiento de las aguas para ser potables, sumando un proceso más al sistema de desinfección para eliminar los organismos patógenos. Toca a Bélgica ser la primera ciudad que integra este proceso al tratamiento empleando hipoclorito.

En América se inicia la producción masiva de cloro líquido hasta 1909 y se emplea para el tratamiento del agua en Filadelfia en 1913, probando otros métodos alternativos como el ozono y las radiaciones ultravioleta, que no se popularizaron por ser más costosos pero que hoy en día se han vuelto más competitivos y aplicables.

En México las filtraciones han sido de uso corriente desde el siglo XVII, empleando la decantación, con posterior filtrado de arena y grava, cuando la fuente es por manantiales o ríos, pero cuando es por lagunas o jagüeyes, se realiza una filtración mediante plantas acuáticas, carbón o también con filtros de acción gravitacional. Finalmente, si es para ingestión, hervir el agua ha sido y será el mejor método potabilizador.

Los sistemas de ablandamiento fueron introducidos en el siglo XIX, sobre todo para procesos industriales que requerían de aguas con menor contenido de sólidos disueltos y compuestos orgánicos difíciles de separar por métodos simples de filtración. Actualmente se aplican técnicas de ablandamiento muy eficaces como membranas sintéticas por nanofiltración, microfiltración, ultrafiltración y ósmosis inversa.

La sobreexplotación de las fuentes de abastecimiento convencionales, ríos, lagos, ríos subterráneos y mantos freáticos, ha ocasionado el empleo de otras fuentes alternativas: mares y residuales.

Las aguas salobres o marítimas contienen grandes concentraciones de sales disueltas con alto grado de dificultad para su separación, ello hace necesaria la aplicación de procesos como la destilación, la electrólisis y la ósmosis inversa, para poder aprovechar esta agua.

Reuso de aguas

Las aguas servidas o residuales requieren, dependiendo de la calidad y de su origen, de tratamientos específicos para su reutilización, que viene a ser necesaria en la actualidad.

En las diferentes culturas, tanto orientales como occidentales, se empleaba el agua de las fuentes aledañas al asentamiento humano y de diversas formas se reingresaba a la misma fuente, dejando a la naturaleza a cargo de la depuración del líquido. Mientras la población no era excesiva, el agua se diluía sin mayor problema y los pobladores de aguas abajo podían usarla con mínimo riesgo. La gravedad estriba en la alta densidad de poblaciones que devuelven aguas altamente contaminadas y la naturaleza no tiene capacidad para depurarlas: los ríos se convierten en canales de desagüe con aguas contaminadas con los consecuentes problemas de salud.

Los drenajes tienen antecedentes en los romanos, cuyas canalizaciones aprovechaban las pendientes naturales para desalojar las aguas pluviales de los edificios y calles fuera de la población. Los deshechos humanos eran directamente vertidos a esas calles o en acequias en la periferia y sólo las lluvias las transportaban fuera de la ciudad a los ríos o al mar. Así hasta el siglo XIX, que Edwin Chadwick en Europa, advierte el error de contaminar los ríos con las aguas negras, dictaminando que las aguas de lluvia deben ir al río pero las aguas negras al suelo. Hamburgo se convierte en la primera ciudad que construye un drenaje moderno con la separación de los dos tipos de aguas en 1840, y a la fecha no ha tenido modificaciones esenciales.

En la América precolombina las ciudades se construían con drenajes pluviales paralelos a sus calzadas principales, los mismos edificios principales se diseñan con canalones ocultos. Ya con la época hispana, se construye a la manera europea con todas sus deficiencias y malas costumbres de higiene, perdiendo el equilibrio logrado antes de la llegada de los españoles.

Hacia el siglo XVIII el uso de letrinas junto a las acequias se adoptó como un método higiénico en la capital de la Nueva España; éstas tenían que limpiarse diariamente y los residuos se llevaban a un tiradero, que en tiempos de sequía era un foco de infección y olores, por lo que se determinó suprimirlas; sin embargo, ante la necesidad de realizar sus necesidades fisiológicas los pobladores recurrieron directamente a las acequias, con lo que éstas se convirtieron en el primer drenaje a cielo abierto de la ciudad.

Inicialmente se retomaron los drenajes prehispánicos principales a la llegada en siglo XVI, y fue la ciudad de México una de las pocas que en aquel entonces contaban con drenaje subterráneo, pero debido a la poca pendiente y los residuos que ahí se arrojaban, quedaba obstruida continuamente. En 1792, un edicto que obligaba a tener letrinas en el interior de los edificios con su conexión al drenaje causó mayores obturaciones al desagüe y las históricas inundaciones y epidemias en varios periodos.1

Si consideramos lo anterior deberíamos presuponer que debieron haberse tomado medidas profundas para detener la contaminación del agua, sobre todo por las muertes a causa de enfermedades que esto ha originado, pero en el momento preciso nada se realizó para eliminar el problema de raíz, ya que sólo se aplicaron paliativos a la causa.

Hasta el año 1956 se construye la primera planta tratadora de aguas residuales en la ciudad de México emplazada cerca de Chapultepec; en 1958 en la Ciudad Deportiva de la Delegación Iztacalco; en 1959 en Xochimilco; en 1964 en San Juan de Aragón de la Delegación Gustavo A. Madero; en 1971 en el Cerro de la Estrella en Iztapalapa y en 1973 en Bosques de las Lomas de la Delegación Miguel Hidalgo.

Actualmente se han puesto en marcha más plantas de tratamiento en el Distrito Federal debido a la creciente demanda por el aumento de la población, y hasta 2005 se contaba con 25 plantas de tratamiento.

Aun así los volúmenes del agua por tratar son mayores a la capacidad de las plantas de tratamiento instaladas, y por los colectores profundos se envía agua con alta contaminación, la cual reciben los estados de México e Hidalgo para el riego de sus campos agrícolas.

La normatividad existe, pero ¿quiénes son y cuántos los que se encargan de observar que se cumpla? En realidad son muy pocos. Si el gobierno colocase sensores en las redes de drenaje podría darse cuenta de quién realmente cumple con la normatividad. Sabemos que el inversionista o empresario omite lo que considera necesario para obtener más utilidades. El caso del tratamiento de las aguas industriales que sólo funciona cuando las plantas van a ser supervisadas es otro tema de investigación.

¿Acaso vamos a adquirir conciencia hasta que ya no tengamos agua que tomar? El desarrollo sustentable prevé para el futuro y estamos atrasados porque ese futuro está cada vez más cercano.

1) Cisneros Jiménez, Blanca Elena. La contaminación ambiental en México, causas, efectos y tecnología apropiada. México, Limusa, Colegio de Ingenieros Ambientales de México, AC, Instituto de Ingeniería de la UNAM y Femisca, 2001.

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