Agua

Aguas residuales de Culiacán: por un ahorro sustentable

Después de analizar diversas propuestas de solución, los expertos decidieron que el método primario avanzado era el más adecuado para tratar las aguas residuales de la ciudad de Culiacán.

Este proceso requiere menor inversión, ocupa un área más pequeña para el tratamiento, gasta menos energía eléctrica y utiliza pocos equipos eléctricos, además de que existe mayor flexibilidad de operación en las variaciones de concentración de contaminantes.

El tratamiento primario avanzado es la aplicación de la coagulación-floculación al tratamiento de agua residual. Es decir, se trata de un proceso en el cual se añaden reactivos químicos al agua para eliminar sólidos suspendidos y materia orgánica evaluada como demanda biológica de oxígeno (DBO) total. El resultado consiste en que el tratamiento es capaz de eliminar metales pesados como plomo, cinc y cobre, con eficiencias del orden del 70 por ciento.

El tratamiento inicial del agua residual consiste en la remoción de sólidos gruesos, medición del flujo de agua, desarenación y desnatamiento, sedimentación con coagulantes y floculantes, para finalmente desinfectar el agua mediante cloración.

En cuanto a los lodos generados en este proceso reciben un tratamiento basado en espesamiento, digestión anaerobia y deshidratado, obteniéndose un lodo digerido para su disposición final.

Aproximadamente, se generan 80 toneladas diarias de biosólidos (lodos digeridos), a los cuales se les aplica un muestreo y se les realiza un análisis conocido como CRETIB (corrosivos, reactivos, explosivos, tóxicos, infecciosos y biológicos).

Los resultados han sido negativos, lo cual quiere decir que no tienen características CRETIB, es decir, no son considerados peligrosos y se pueden disponer finalmente en un lugar diseñado para tal efecto. Dicha disposición final consiste en la conformación de bordos con material producto de la excavación del propio terreno en capas de  20 centímetros, compactados al 90 por ciento (conocida como prueba Proctor) con taludes 11 y con una altura de 10 centímetros de espesor.

El suelo se estabiliza en una capa de 15 centímetros de espesor con cal a la misma proporción y los lixiviados se captan mediante un sistema de drenaje con tubos de 4 y 6 pulgadas de diámetro con perforaciones de 3/8 de pulgada. Los lixiviados son conducidos hacia un cárcamo para ser extraídos y llevados a la planta de tratamiento para su reciclaje.

Finalmente, se colocaron pozos de respiración con tubos de PVC de 6 pulgadas de diámetro y con perforaciones de 3/8 de pulgada de diámetro. Se colocaron 2 pozos de monitoreo con tuvos de PVC de 6 pulgadas de diámetro, con ranuras de 20 por 50 metros y con una separación equidistante de 5 centímetros en el área circundante al proyecto.

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