Especies

Mandan a hipopótamo al dentista

Especialistas de la UNAM se sumaron a atender hipopótamo con problemas dentales

Teorema Ambiental/Redacción

hipo-dentistaAcadémicos de la UNAM formaron parte del equipo de médicos veterinarios zootecnistas que atendieron a un hipopótamo del Zoológico de Chapultepec, de aproximadamente 28 años de edad y cerca de dos y media toneladas, que presentaba algunos padecimientos dentales.

Los académicos pertenecen al Departamento de Medicina, Cirugía y Zootecnia de Équidos (DMCZE) de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) y se sumaron al equipo de médicos veterinarios (MV) porque, aunque son especialistas en caballos y otros équidos, han atendido a tigres, leones, un camello, un búfalo, leones marinos y una osa polar, entre otros animales, en apoyo a instituciones públicas y privadas del país.

La doctora Alma Angélica García, quien imparte las asignaturas de Anestesiología en Equinos (posgrado) y Medicina en Équidos II (licenciatura), se hizo cargo de la anestesia inhalada, mientras que el doctor José Luis Velázquez Ramírez, profesor asociado C de tiempo completo, se hizo cargo de las radiografías que, al ser digitales, permiten reducir tiempos quirúrgicos y mejorar la eficiencia terminal.

Según la doctora García, la anestesia inhalada se utiliza en intervenciones quirúrgicas mayores y de media a larga duración, e implica vaporización, circuito anestésico, soporte ventilatorio y monitorización: “Trabajar con el hipopótamo fue una experiencia diferente, única y enriquecedora, pero también difícil, sobre todo por el peso del animal. Para llegar hasta la faringe, encontrar los cartílagos, la epiglotis y sobre esa guía sondear hasta la tráquea, prácticamente tuve que meter medio cuerpo en la boca del hipopótamo.”

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Comentó que anestesiar a animales tan grandes implica grandes riesgos, pues cuando están echados comienzan a hiperventilar (incremento del ritmo respiratorio); en ese sentido, contar con un aparato de anestesia inhalada con ventilador mecánico, como el que posee el DMCZE, representa una enorme ventaja: “Aproximadamente a los cinco minutos de haber desconectado la anestesia inhalada, el animal respiraba profundamente.”

Por su parte, el doctor José Luis Velázquez detalló que “Gracias a las placas radiográficas se descubrió que el mamífero tenía lo que en un principio se creía era un tumor, pero realmente era un acumulo de sarro cubierto por la encía, el cual fue fragmentado para dejar limpia la pieza. Por momentos se pensó en retirar la pieza, pero tras ser evaluada mediante las radiografías, se determinó hacer una obturación, es decir, eliminar el tejido necrótico del diente, la cavidad pulpar y posteriormente hacer una amalgama para tapar la pieza y salvarla.”

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