Energía

Energía solar y su desarrollo

Los factores económico y medioambiental marcan el camino de las energías renovables

El alza en el precio del petróleo genera una inmediata alza en el costo del transporte, alimentos, bienes y servicios, y, por supuesto, de la gasolina. Este hecho es evidente, dado que para todo proceso productivo, tanto de transformación como de transportación, se utiliza la energía fósil o proveniente del petróleo: diesel, gasolina, gas y aceites, entre otros productos plásticos.
Emiliano Robles Becerril

Desde la década de 1970 diversos estudios señalaban ya que al menos tres cuartas partes de la energía mundial podrían ser suministradas por el Sol. Se ha calculado también que la energía solar sólo sobre la superficie continental de la Tierra es de mil veces la cantidad de energía que se utiliza anualmente para sustentar la economía y supervivencia global.

Por otro lado, la energía solar no genera contaminación a diferencia del petróleo y el gas, los cuales además de que requieren de grandes inversiones para ser extraídos, al ser transformados y utilizados, dejan en el ambiente desechos y residuos extremadamente tóxicos para la vida.

Sabiendo que vivimos en un mundo en donde existe una crisis energética y todo lo que esto implica: contaminación, violencia y desigualdad social, ¿por qué no se genera una industria real que sustituya las energías nuclear y petrolera, por energías que no generan contaminación y son de patrimonio colectivo, como las energías solar y del viento?

Existen dos diferencias básicas entre la energía del petróleo y las energías del viento y la solar. La primera contamina y ya está en posesión de países y corporaciones que se la apropiaron; mientras que las segundas no producen contaminación y se obtienen libremente, ya que no son propiedad de ninguna empresa ni nación.

La energía solar es energía radiante, cae en todas partes sobre la superficie, y el que se le capte en un punto no impide que se le capte en otro. Esta diferencia en cuanto la posesión, almacenamiento y distribución de las energías, quizá sea el eje medular del porqué, a pesar de la no renovabilidad, la contaminación y la violencia social en torno al petróleo, no se genera una industria que sustituya a este recurso fósil por la energía solar.

Hasta ahora nadie se ha podido apropiar de la energía solar, y esperemos que por siempre sea vigente el dicho de que el Sol sale para todos, y no llegue el momento en que tengamos que pagar para poder recibir los rayos del astro rey, como ha sucedido ya con el agua y otros elementos de la naturaleza que eran de posesión colectiva o común.
Energía solar y control político

Los argumentos utilizados, para justificar el escaso fomento de la energía solar son: “La energía solar sólo sirve en las zonas más soleadas; es ineficaz de noche y con días nublados; la infraestructura necesaria para aprovechar esta energía es muy cara.”

¿Será cierto esto?, o quizá sea el hecho de que quien tenga su aparato para aprovechar la energía solar, no tendrá que comprar los rayos del Sol, como sucede con la gasolina, el gas o la electricidad. Para obtener la energía solar, solamente es necesario que amanezca, y la energía solar estará disponible de forma gratuita, como ha sido hasta ahora.

Desde hace más de 200 años se ha usado la energía solar. Se han empleado destiladores solares para obtener agua dulce de la salada, así como la misma sal, hornos solares, calentadores solares y, más recientemente, estufas solares, celdas solares para relojes y calculadoras y algunos procesos más complejos, sin embargo son esfuerzos aislados.

Ahora se han diseñado estrategias para almacenar esta energía del Sol. Se utilizan pilas o acumuladores que guardan energía en días nublados y por las noches. Por elevado que sea, el costo de la infraestructura para utilizar la energía solar, al cabo de meses o años, se habría recuperado y posteriormente sería un ahorro económico y de recursos naturales.

Definitivamente esto no es desconocido para Estados Unidos ni para las grandes empresas multinacionales y transnacionales, quienes son los principales controladores y negociadores del petróleo, y han sido también los que invierten más en investigación en la energía solar. Nuestro vecino del norte posee una de las economías más poderosas sustentada en el consumo y producción masiva de productos, que a la vez han generado deterioro y contaminación al planeta.

En los años ochenta Estados Unidos dominaba el mercado y la investigación solar a través de las empresas: Solar Power, Sensor Technology, Grumman, Sofrets y General Electric. Una de las principales líneas de investigación era la incorporación de esta tecnología en el desarrollo militar, diseñando armamentos y satélites militares que funcionaban con energía solar. Entre los contratos realizados para estos fines estaban los que hizo el Pentágono con la General Electric y Grumman, entre otras. En Francia se observó un desarrollo parecido en la investigación de la energía solar.

Por otro lado desde los setenta la investigación en energías solares ha estado controlada por empresas petroleras, y para los años ochenta la empresa Exxon controlaba a la empresa Solar Power, la Shell a la Solar Energy Systems, la Mobil Oil a la Tryco Laboratories, la Standard Oil of Indiana a la Solares, la Gulf Oil a la Alcoa, por nombrar sólo algunos casos.

Hoy día las multinacionales petroleras se están expandiendo hacia otras ramas, enfocándose más a la inversión que a las ventas, tratándose de una estrategia a largo plazo, con lo que se pretende aumentar los beneficios para estas compañías y obtener una mayor seguridad frente a posibles variaciones de precios y aplicar tecnologías sofisticadas en todos los sectores industriales, con el fin de seguir controlándolos.

El caso mexicano

De 1994 a 2004, en México se han instalado más de 400 sistemas piloto, o modelo, de costo compartido, impulsado por el Programa de Energía Renovable en México (MREP), financiado y administrado por Sandia National Laboratories (SNL), con el financiamiento del Departamento de Energía de Estados Unidos (USDOE) por conducto de su Oficina de Tecnologías de Energía Solar, y de la Oficina de la Misión Mexicana de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

A pesar de esto, Estados Unidos se resiste a reducir el uso de combustibles fósiles, negándose a firmar el Protocolo de Kyoto, el cual pretende revertir el proceso del calentamiento global, producido por la combustión de energías fósiles, siendo aquel país el mayor emisor de estos gases contaminantes.

Esto nos hace pensar que las energías solar y del viento, tendrán un verdadero desarrollo en el momento en que se logre apropiar y vender, o hasta que ya no quede una gota de energéticos fósiles.

Fuentes:  Despilfarro y Control de la Energía, Fisas Armengol, Vicenc, 1985. El Viejo Topo, Barcelona. / Energías alternativas, Commoner, Barry, 1984. Gedisa, México.

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